Para el año 1860 la Hacienda la Carlota, una de las más productivas de Guayama radicada en el barrio Machete, comenzó con 741 cuerdas. Casi la mitad  del barrio correspondía  a esta hacienda.

El 24 de septiembre de 1883, en el pueblo de Guayama, falleció don  Wenceslau Lugo Viña dejando como sus únicos herederos  a su esposa doña Eugenia Dausó y  Marguet y a sus hijos. En 1887,  esta sucesión era la principal contribuyente en el sector agrícola de Guayama.  Ya para la  década de los 70 del siglo pasado muchas haciendas azucareras  fueron abandonadas o vendidas pero la Carlota sobrevivió.  En 1888, comenzaron  sus herederos a hipotecar su participación.  Su endeudaron tanto  que al final la perdieron.  El 5 de enero de 1891 el Tesoro llevó el crédito a pública subasta y pasó al único  licitador don Ignacio Díaz y Joglar.

Hoy irónicamente, para muchos es desconocida, a pesar de que aún permanece  de pie parte de su estructura en especial, la torre de su  Molino de Viento.  “Esto es Historia”

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